Glaucoma

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Glaucoma

El glaucoma es la principal causa de ceguera en el mundo.

Es una enfermedad progresiva y que afecta al nervio óptico. Se produce por un cúmulo de líquido en el ojo que ocasiona un aumento de la presión interna. Esta presión intraocular es la que lesiona el nervio óptico.

La pérdida de visión por glaucoma es permanente e irreversible. No obstante, si esta enfermedad se detecta con tiempo, los tratamientos médicos y quirúrgicos pueden evitar su progresión.

De modo que hay que enfatizar la necesidad de efectuar controles periódicos en la población de riesgo para un diagnóstico y un tratamiento precoz.

En OPTIPOLIS se realizan estos controles, con exámenes como la presión intraocular.

¿Cómo evitar su progresión?

Cualquier persona puede sufrir glaucoma, aunque existen varios factores de riesgo que no siempre son evitables, como:

  • Antecedentes familiares con glaucoma
  • Diabetes: Los diabéticos tienen una incidencia más alta de aumento de presión intraocular que la población y una afectación del nervio óptico más elevada.
  • Tratamiento prolongado con corticoides.
Si presenta más de un factor de riesgo, es necesario que realice revisiones de la presión intraocular, ya que la mejor manera de evitar su progresión es un diagnóstico a tiempo.

¿Cuándo debemos sospechar que padecemos de glaucoma?

El glaucoma en sus fases iniciales es asintomático, lento e indoloro. Se desarrolla en un período de meses a años.

La patología puede progresar tan lentamente que el paciente no aprecia la pérdida del campo visual.

Pueden aparecer señales de advertencia como:
  • Visión nublada
  • Pérdida gradual de la visión periférica
  • Incapacidad de ver claro en habitaciones oscuras
  • Visión de anillos de colores o aureolas alrededor de las luces.

En fases más avanzadas de la enfermedad, se encuentran alteraciones en el campo visual con apariciones de zonas en las que no se ve nada (escotoma).

Si aparece de forma aguda, glaucoma agudo, que cursa acompañado de un aumento rápido de la presión intraocular, se reconoce porque puede causar un dolor intenso, ojo rojo, náuseas y vómitos.

Prueba orientativa para la detección del Glaucoma

Utilizando la rejilla de Amsler, se puede detectar de forma sencilla los primeros síntomas de una alteración en la zona periférica de la retina dando la visión en túnel y que podría ser debida a un Glaucoma. La detección rápida de estos síntomas podría mejorar el tratamiento. Por este motivo, un diagnóstico precoz es importante.

Esta prueba, sin embargo, es ORIENTATIVA. Una alteración de la misma no presupone ningún diagnóstico, debe consultar a su oftalmólogo.
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